Teseo ataca a Procusto. Pintura anónima en el fondo de un killix ático de
figuras rojas (440 a.c.) encontrado en Vulci. Tomado de Wikipedia fecha
diciembre 2012.
En
la mitología griega, Procusto (deformación de Procrustes, en griego antiguo
Προκρούστης Prokroústês, literalmente ‘estirador’), también llamado Damastes
(‘avasallador’ o ‘controlador’), Polipemón (‘muchos daños’) y Procoptas, era un
hermoso bandido y posadero del Ática (o según otras versiones a las afueras de
Eleusis). Se le consideraba hijo de Poseidón. Con su esposa Silea fue padre de
Sinis. Procusto tenía su casa en las colinas, donde ofrecía posada al viajero
solitario. Allí lo invitaba a tumbarse en una cama de hierro donde, mientras el
viajero dormía, lo amordazaba y ataba a las cuatro esquinas del lecho. Si la
víctima era alta, Procusto la acostaba en una cama corta y procedía a serrar
las partes de su cuerpo que sobresalían: los pies y las manos o la cabeza. Si
por el contrario era más baja, la invitaba a acostarse en una cama larga, donde
también la maniataba y descoyuntaba a martillazos hasta estirarla (de aquí
viene su nombre). Según otras versiones, nadie coincidía jamás con el tamaño de
la cama porque ésta era secretamente regulable: Procusto la alargaba o acortaba
a voluntad antes de la llegada de sus víctimas. Procusto continuó con su
reinado de terror hasta que se encontró con el héroe Teseo, quien se dejó
seducir y lo sedujo a su vez; pero al entrar a la choza de Procusto, lo
convenció para invertir el juego: lo amordazó y ató a la cama y, allí, lo
torturó para «ajustarlo», cortándole a hachazos los pies y, finalmente, la
cabeza. Matar a Procusto fue la última aventura de Teseo en su viaje desde
Trecén (su aldea natal del Peloponeso) hasta Atenas. Tomado de Wikipedia,
diciembre 2012.
Contenido
La
Globalización en la Paradoja de Danni Rodrik
“La Paradoja de la Globalización’ es un texto que enarbola un elegante y
mercadeable mea culpa acerca de la globalización rampante -que fue y es básicamente
una globalización financiera- al estilo del primer mundo y sus instituciones, de
sus principales actores, su teoría, sus supuestos, y las creencias que permearon
el pensamiento económico norteamericano y del establishment económico mundial -
basado en las ideas de la teoría de expectativas racionales y la teoría
financiera de los mercados eficientes, cuyas premisas versaban alrededor de las
ventajas de la autorregulación de los mercados financieros y la no intervención
del estado. Actualmente, los adalides del pensamiento económico se enrumba a
asumir sus errores de entendimiento y percepción, partiendo de la infausta
experiencia de la crisis financiera del 2007-2008[i],[ii],[iii],[iv].
En este recuento que hace Rodik fueron incontables las veces que esto sucedió,
y de hecho agrupa a los hacedores de opinión económica en dos grandes grupos:
los fox y los hedgehogs. Los fox (zorros) se inclinaban por políticas
puntuales, para cada situación había una recomendación específica, y los
hedgehogs…procedían con una gran solución para todos los problemas. Rodrik es
uno de los avatares que logra sacar las manos limpias del montón[v],
al darse cuenta a tiempo de que las premisas con que se ejecutaban y diseñaban
las estrategias de la globalización no respondían a la realidad. La conclusión
a la que llega es que los mercados tienden a convertirse en burbujas, los leverage[vi]
no regulados crean riesgos sistémicos, la falta de transparencia impacta
negativamente a la confianza, y las intervenciones tempranas son cruciales
cuando los mercados financieros están creciendo (Rodrik, pág. xii). Luego del
reconocimiento de los tropiezos anteriores, el sentimiento es a “crear nuevas
instituciones y mecanismos de compensación- tales como regulador antitrust,
prestamista de último recurso, una red global segura, y una democracia global-,
tanto local como internacionalmente que haga a la globalización más efectiva”
(Rodrik, págs. xv y xvi). Dice Rodrik que lo que se necesita es una mejor
comprensión de la relación mercado-estado (gobierno); la primera idea a
considerar en esta dirección es pensar que los mercados y los estados
(gobiernos) son complementarios. Paradójicamente, llega a decir que los
mercados funcionan mejor allí donde los estados son más fuertes[vii].
Por otro lado, hace un llamado a la flexibilidad planteando que el capitalismo
tiene muchos modelos, sosteniendo que la prosperidad económica y estabilidad se
puede alcanzar a través de diferentes arreglos y combinaciones que incluyan al
mercado laboral, las finanzas, la gobernanza corporativa, y el bienestar
social. Es que, sostiene, los mercados requieren de instituciones de carácter
público y regulaciones, para que funcionen bien. Por otro lado, hay que ser
flexible, y reconocer que las naciones pueden tener diferentes preferencias
para establecer instituciones y regulaciones. A todo esto, el problema
realmente, no es la expansión y profundización de las estructuras capitalistas
que crean grandes diferencias y desigualdades, sino es más que nada, empujar la
globalización, y enfrentarnos al dilema de las tres caras de la moneda: la
búsqueda de la democracia, la determinación nacional, y la globalización
económica. Con esta medusa analítica de tres cabezas si jalas para un lado,
afectas o beneficias al otro[viii].
Es que: “The great diversity
that marks our current world renders hyperglobalization incompatible with
democracy” (Rodrik, pag. xix). Sin
embargo, sostiene, la balanza se debe inclinar hacia la democracia:
“…democracy and national
determination should trump hyperglobalization. Democracies have the right to
protect their social arrangements, and when this right clashes with requirements
of the global economy, it is the latter that should give away” (Rodrik, pag.
xix).
Para lograr la balanza en el nuevo
recetario económico nuestro estudiado autor propone siete principios:
1. Los
mercados deben de estar profundamente integrados en los sistemas de
gobernanza. Luego de ese recorrido
intelectual Rodik entiende que de una vez por todas los hacedores de opinión, economistas del primer mundo y del
establishment, que el mercado y el gobierno son a la vez que opuestos, dos
caras de la misma moneda. Los mercados no crean, no regulan o se sostienen por
ellos mismos. Los mercados necesitan de instituciones sociales.
2. Las
comunidades políticas y la gobernanza democrática se organizan al interior de
los estados naciones, y parece que así se quedaran en el futuro inmediato por
lo cual pensar en una gobernanza global es irrealista.
3. No existe
una sola vía para la prosperidad.
4. Los
países tienen derecho a proteger sus propias instituciones, regulaciones y
arreglos sociales. Uno de los objetivos fundamentales de la globalización que
no debería confundirse es el siguiente:”Globalization should be an instrument
for achieving the goals that society seek: prosperity, stability, freedom, and
quality of life”[ix].
5. Los
países no tienen el derecho de imponer sus instituciones sobre otros.
6. El
propósito de los arreglos económicos internacionales debe ser para aclarar y
poner en claro las reglas de tráfico para administrar la interfase entre las
instituciones nacionales.
7. Los
países que no sean democráticos no pueden tener los mismos privilegios en el
orden económico internacional[x].
Por mi parte, no creo pertinente para ninguna nación del tercer mundo
renunciar a la democracia, la soberanía nacional, y a su identidad –siempre
cambiante- como nación, por tal razón, antes que asumir la ‘globalización’ como
un lecho al que nos invita Procusto para dormir, seguiré la idea de Geoffrey
Ingham, en donde la globalización es “una consecuencia de la aceleración de la
propagación global del capitalismo impulsada por los flujos transnacionales de
dinero y capital’[xi].
Supone la extensión e intensificación de la actividad económica mundial, en
donde se acelera el flujo de bienes y servicios financieros, dinero, entre los
estados naciones. Para que esto suceda se han creado procesos económicos y
formas de organización estableciéndose los
‘espacios de flujos’ (virtuales) antes que los ‘espacios de lugares’
(naciones), esos espacios de flujos hacen posible las cadenas de valor creadas
por las multinacionales. La clave argumentativa, que por el contrario nos
propone Inghman, es primero que el capitalismo funciona convirtiendo el dinero
en valor de cambio, dando lugar a su motivación básica, la obtención de
beneficios. Segundo- y para explicar la crisis financiera- la deuda bancaria
crea dinero-capital. Tercero, los mercados de capital tienen la capacidad de
disolver el capital físico y convertirlo en dinero en cualquier otro, dando
lugar, a la poderosa, y flexible característica del capitalismo de ‘destrucción
creativa’. Entonces siendo la intención básica la creación y control del dinero
capital, las razones filípicas están fuera de lugar. De hecho, ya algunos
autores perciben los efectos no deseados de la globalización[xii],
y nos dicen: ‘la desigualdad ha aumentado entre y dentro de las naciones desde
que entró la segunda fase de la globalización en la década de los setenta
(Held, Macgrew). Hay evidencia que sugiere (i) existe una tendencia al aumento
de la desigualdad de la riqueza entre los hogares de las economías capitalistas
maduras, que es más pronunciada en las economías de mercado liberales,
particularmente Estados Unidos y el Reino Unido; (ii) hay un crecimiento muy
lento o un estancamiento de la renta real en los niveles bajos; (iii) los
aumentos mayores y más rápidos de la renta están muy concentrados en la cima:
en menos de 1 por ciento de los hogares; (iv) una proporción cada vez mayor de
las rentas más altas comprende rentas de activos de capital y financieros, y
(v) la desigualdad de las riqueza (todas las formas de propiedad, incluyendo
los activos financieros y de capital) es mayor que la desigualdad de la renta y
está creciendo a un ritmo mayor’[xiii]
Uno de los teóricos que se unen al concierto de problemas que genera la
globalización es el prestigioso economista premio Nobel, Joseph Stiglitz, que
hace un diagnóstico y reconoce la desigualdad en los Estados Unidos versus el
mito americano de la igualdad de oportunidades. Dice Stiglitz: “a) el
crecimiento de los ingresos de los Estados Unidos en los últimos años se
produce principalmente en el 1 por ciento más alto de la distribución de los
ingresos; b) como consecuencia de lo anterior, existe una desigualdad
creciente; c) y los que están en la parte inferior y en la parte media en
realidad están peor económicamente que a principios de siglo; d) las
desigualdades en el patrimonio son mayores que las desigualdades en los
ingresos; e) las desigualdades son evidentes no solo en los ingresos, sino en
las diversas variables que reflejan la calidad de vida, como la inseguridad y
la sanidad; f) la vida es especialmente difícil en la parte baja, y la recesión
ha provocado que sea más dura; g) se ha producido un vaciamiento de la clase
media; h) existe muy poca movilidad de ingresos- el concepto de que los Estados
Unidos es una tierra de oportunidades es un mito; i) y los estados unidos tiene más desigualdad
que cualquier otro país industrializado avanzado, hace menos por corregir esas
diferencias y la desigualdad está aumentando más que en muchos otros países”[xiv].
Por otro lado, la globalización -tal como la conocemos- tiene efectos
perversos en la movilización de la fuerza de trabajo internacional. Nos señala
Portes: ‘El fenómeno de la migración…se sitúa en la encrucijada entre las
desigualdades nacionales e internacionales y la explotación de clase. Es una
manera a través de la cual los explotados contribuyen a expandir las estructuras
de dominación económica y, al mismo tiempo, la forma como reaccionan a sus
constricciones. Muestra cómo se perpetúa la concentración económica y la
desigualdad tanto para las iniciativas de los grupos dominantes como de sus
víctimas. Las transformaciones de los mercados de trabajo han hecho el trabajo
mucho más interdependiente, la oferta de trabajo ‘móvil, flexible, elástica’,
han estratificado internacionalmente el trabajo, con métodos cambiantes en el
control del mismo donde ‘la división geográfica del trabajo…se produce en la
encrucijada internacional de los procesos de trabajo’, entre los procesos de
trabajo en las áreas centrales del sistema-mundial y las de la semi periferia y
de las zonas periféricas”[xv]
De manera que en este discurso de ‘narrativas’ y ‘sistemas de creencias’ hay
gente que está jugando con el futuro de la humanidad.
Los
límites de la Reflexión y del Problema
“Casi los únicos
requisitos para llevar a un Estado desde la más baja barbarie hasta el más alto
grado de opulencia son: paz, impuestos soportables, y una administración de
justicia tolerable”.
Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, 1776.
Tomado de Cuadrado Roura, “Política Económica…” pág. 29
El
Mercado y el Estado[xvi]
Hay dos elementos a destacar el rol del mercado y el rol del estado. La
tradición liberal asume que el mercado – es más que una estructura nominal,
con dotes cuasi humanas y racionales- es
lo suficientemente habilidoso y diestro como para regular la justa distribución
de los recursos o factores, y que el
Estado solo debe estar orientado, tal como dice Smith, a crear paz,
imponer impuestos soportables, y administrar la justicia de forma tolerable. En
este pensamiento las economías florecen
cuando el estado no controla al mercado, la competencia maximiza la ventaja
económica; de suerte que lo contrario, es decir, las barreras proteccionistas
como las tarifas de importación, y las prohibiciones, reducen la competencia.
Todavía existen partidarios de esta especie. Al hablar del Estado debemos
pensar en sus teorías. Las teorías del estado han estado vinculadas a
ideologías y filosofías políticas tales como el liberalismo y el socialismo y
han dado origen a “realidades tangibles e inmediatas en la forma de organización
del Estado” (Blas y García 1988, 56). En otras palabras, estas ideologías se
convirtieron, durante todo el siglo XX, en principios constitutivos de formas
del Estado (Ferraro, pág. 3X). Sigue
diciendo Ferraro que para la Teoría Liberal del Estado, que es la heredera de
algunas de las principales corrientes del pensamiento político occidental y
tiene como punto de partida la idea de que el poder político constituye un mal
menor, o en otras palabras, el principio fundamental del liberalismo consiste en
considerar al individuo como la sede de lo que es moralmente valioso. El Estado
no es algo bueno ni malo en sí mismo, por tanto, sino solamente justificable en
la medida en que protege a los individuos de cualquier amenaza a sus vidas, sus
libertades y su propiedad (Ferraro, pags. ). Ferraro dice: “La concepción liberal del Estado forma las
bases para el desarrollo más reciente de la segunda teoría que vamos a
considerar, que se conoce como Teoría Pluralista del Estado (Smith 2006, 21).
El pluralismo es, fundamentalmente, la teoría que sostiene que el poder
político está disperso entre una amplia variedad de grupos sociales, antes que
en manos de una élite o clase dominante. Se relaciona así estrechamente con lo
que el politólogo americano Robert Dahl (1971) denominó poliarquía, esto es, el
gobierno de muchos” [xvii](pags.
X). Otra de las perspectivas sobre el
Estado es la socialista, marxista o marxiana. La teoría marxista del Estado es
una construcción teórica que no solamente intentaba interpretar el mundo, sino transformarlo, y para los marxistas el Estado
es un instrumento de la dominación de clases. Una
teoría el Estado más reciente e influyente, ha sido la teoría de la elección
pública (public choice) o elección racional (rational choice). Manifiestan una
antipatía frente a la intervención del gobierno, entendiendo al Estado como un
ente parasitario, que amenaza tanto la libertad individual como la seguridad
económica, que pretende interferir con todos los aspectos de la vida. Piensan que se generan demandas y que se
originan desde adentro de la propia maquinaria estatal; esa presión para
expandirse viene de los propios funcionarios públicos, quienes buscan así
seguridad laboral, salarios más altos y mejores
perspectivas de carrera. Este interés de la burocracia pública en su
propia expansión se asocia con presiones, que vienen de algunas empresas y
particularmente de los sindicatos, en orden a obtener subsidios y aumentos de
salarios y beneficios sociales. El Estado,
entonces, no actúa para defender el interés público, según esta visión, sino
para maximizar los beneficios de los propios empleados estatales o de
determinados grupos sociales (Ferraro, págs. ).
¿Cómo se traduce esta discusión para nuestros propósitos? Sigamos a
Giddens. Para Giddens en un texto previo a la crisis financiera del 2007-2008,
el Estado no solo es el único gestor legítimo de la violencia que ejercita su
voluntad en contra de los ciudadanos, sino que cumple un rol diferente frente a
los desafíos del ‘europeísmo’. Dice Giddens’: “En la Europa de la guerra fría
(y anterior a la intensificación de la globalización), el estado del bienestar
tenía un papel muy distinto al que se necesita de él hoy en día por los motivos analizados en este libro. Fue
organizado bajo los auspicios del keynesianismo, se basaba en patrones
tradicionales entre la familia y el trabajo, y sus efectos económicos
integrales no entraban dentro de la lógica de su existencia. Sin embargo, hoy
hay que defender enérgicamente…..la idea de que los sistemas europeos del
bienestar pueden contribuir positivamente a la competitividad en un contexto
postindustrial” (Giddens, 2007, pág. 262)[xviii].
Toda esta reflexión funciona como un nuevo llamado a la readecuación del papel
del estado frente a las nuevas circunstancias.
El Sistema
de Creencias de los Economistas
Planteado esto me gustaría focalizar mi atención en los puntos donde creo
que Rodrik es más certero en sus apreciaciones. Rodrik identifica un conjunto
de creencias que forman parte de la formación y la tradición ortodoxa de
pensamiento de los economistas, y que antes que ayudar a comprender la
situación obstaculizan su entendimiento[xix].
La narrativa de estos se fundamenta en las ideas de que los mercados son
eficientes, las innovaciones financieras transfieren los riesgos a aquellos con
mejor capacidad de asumirlos, la autorregulación es mejor, y la intervención
del Estado no es efectiva ni deseada (Rodrik, pág. xii). Dice Rodrik
(traducción mía) acerca de las creencias y las actitudes de los economistas:”1.
En la práctica y a largo plazo, el libre comercio, será mejor que solo el
progreso tecnológico; 2. Aun si el comercio crea complicaciones, la mejor forma
de manejar la situación, es a través de un tipo de políticas, que no creen
restricciones al propio comercio; 3. Aun cuando ciertas personas pierdan,
debería ser posible compensarlas; 4. El asunto del libre comercio va más allá
de la economía: es un problema moral y tiene que ver con la libertad de las
personas de escoger con quien hacen negocios; 5. Los puntos de vistas en contra
del libre comercio son lo suficientemente prevaleciente, así que nuestro
trabajo es presentar otro punto de vista; 6. Los proteccionistas harán lo
posible por no dejar pasar la información, las notificaciones a las partes
interesadas de participar en el mercado; 7. Además las argumentaciones vacuas
simplemente confundirán a las personas”[xx]. Pero tal parece ser que no solo es Rodrik[xxi]
el único que ha acometido el camino de
auto reflexionar sobre los supuestos fundamentos de su quehacer práctico e
intelectual; lo cierto es que se están modificando muchos de los supuestos de
la ortodoxia económica que de acuerdo a Arias y Costas estaban muy
influenciados por la dinámica expansiva de los mercados financieros mundiales.
Arias y Costas señala dos textos paradigmáticos que promovieron la nueva
reflexión, el primero “Rethinking Macroeconomics Policy”, y el otro “Capital
Inflows: The Role of Controls” ambos del Fondo Monetario Internacional (2010)[xxii].
En el primero se señala como objetivo la revisión de los dogmas de la profesión
tales como la “obsesión por la baja inflación, la defensa de las políticas
fiscales pasivas o la creencia en la inexistencia de cualquier implicación
macroeconómica de las normas de regulación financiera” (Arias y Costas, pág. 211),
y en el segundo texto, se hace referencia a los dogmas concernientes a la
liberalización y apertura de las cuentas de capital, en donde se defiende la
imposición de controles para hacer frente a los efectos desestabilizadores de
los flujos de capital a corto plazo (ver Arias y Costas, pág. 212). En general,
la ciencia económica está abriéndose a nuevas perspectivas tales como la neuroeconomía: “El propósito de
la economía es analizar instituciones tales como los mecanismos de comercio,
las estructuras de las organizaciones, y preguntarse como esas estructuras
median el interés de los diferentes agentes económicos. Este análisis es útil
independientemente de las preferencias de los individuos”.[xxiii]
Sin embargo, dicen Gul y Psenderfer, no provee con certeza como las personas
toman decisiones tanto económicas, o en situaciones estratégicas. Llama la
atención uno de los experimentos citados por estos científicos: “En un estudio
publicado en la más reciente revista Journal of Science, el Dr. Cohen y sus
colegas, incluyendo el Dr. Alan G. Sanfey de la Universidad de Princeton,
tomaron imágenes del cerebro mientras los sujetos jugaban el juego del
ultimátum, un test de justicia (fairness) entre dos personas. En el juego del
ultimátum, al primer jugador se le da un total de 10 libras esterlinas en
efectivo. Entonces debe de decidir cuánto le dará al segundo jugador. Puede
darle 5 libras esterlinas, la propuesta más justa, o menos que eso dependiendo
lo que él piensa que puede dar. Si el segundo jugador acepta la oferta, el
dinero se reparte de acuerdo a lo establecido. Pero si se rechaza la oferta,
ambos jugadores se van sin dinero. Solo se hace una vez, y los jugadores nunca
vuelven a verse. El Dr. Cohen dijo que la mayoría de los segundos jugadores no
aceptaban una oferta menos de 2 ó 3. Preferían castigar al primer jugador antes
que sentirse engañados, “pero esto no tiene sentido en términos económicos”,
“tu estas mejor con algo que con nada”.[xxiv]
Otra de las áreas en expansión es la corriente institucionalista creada por
Douglas North. De acuerdo a North para lograr una actuación económica positiva
se debe estructurar la interacción humana de forma tal que premie la actividad
productiva. Las instituciones son las estructuras que ofrecen incentivos en la
sociedad y por lo tanto es necesario entender ‘cómo funcionan’ y por qué
trabajan de manera ‘imperfecta’ …“Las instituciones están conformadas por
regulaciones formales, restricciones informales, y características de
reforzamiento. Las regulaciones formales son la constitución, las leyes, los
reglamentos, y las regulaciones; las restricciones formales son las
convenciones, normas de conducta, las restricciones de conducta autoimpuestas.
El reforzamiento es por un lado de primera persona (auto impuesto), de segunda persona (venganza), o de tercera
persona (que resulta de la presión de los compañeros, hasta la coacción
gubernamental). Todos estos elementos juntos conforman la manera en que se
juega el juego”. ( Artículo de Douglas North: “Capitalism and
Economic Growth”, en Nee, 2005, págs. 42-43, traducción mía).
Made in
Japan or elsewhere
Rodrik nota que el mundo estaba gobernado por los compromisos de Bretton
Woods (BW) hasta los años setentas. Este multilateralismo permitió a los policy
makers enfocarse en las necesidades sociales y de empleo, mientras los países
se recuperaban de los estragos de la Segunda Guerra Mundial, y lograban
participar en el comercio mundial. Sin embargo, ya para los años setentas, los
capitales se hicieron más móviles y devino la crisis del petróleo, cosa que
trajo como consecuencia el alejamiento de los compromisos de BW. Esto trajo un
nuevo enfoque con relación a las restricciones de las importaciones, los
controles de los mercados de capital se removieron, y se implanto una presión a
las naciones subdesarrolladas para abrirse al comercio e inversión
internacional.
La
Gobernanza Global
Para Held[xxv]
el problema de la gobernanza no solo se presenta en el mundo financiero sino
que existe en el medio ambiente, en la salud, en los asuntos militares, en
definitiva en todo el orden institucional establecido luego de la Segunda
Guerra Mundial[xxvi].
Asume que el mundo esta y seguirá profundizando su interconexión y que esas
fuerzas que empujan a la globalización no se detendrán[xxvii].
En este contexto más general, Held identifica tres problemas globales: a) el
cambio climático, la biodiversidad, la pérdida de ecosistemas; b) los asuntos
de la pobreza, conflictos, enfermedades; c) regulaciones de armas nucleares,
residuos tóxicos, derecho de propiedad intelectual, comercio, finanzas, etc.
Ante todo se plantean situaciones que son recurrentes en todos estos espacios
internacionales y que ponen sobre el tapete la rendición de cuentas, la
regulación y el cumplimiento. Para enfrentar a estos problemas entiende que es
necesario desarrollar una plataforma valorativa que permitiría asegurarse de
que los actores tomen las decisiones que más le conviene a la humanidad. Estos
valores son: solidaridad, justicia social, democracia y eficacia política. Un
postulado básico que sustenta la formulación, diseño y creación de una nueva
institución que gestionen estos problemas es la comparación de los costes en la
puesta en marcha de estas estructuras institucionales comparadas con los costes
de la inacción. Dice Held con relación a la creación de una nueva ‘arquitectura
financiera’ (como dirían Arias y Costas): “Cálculos similares se han realizado
también en áreas de estabilidad financiera internacional, régimen comercial
multilateral y paz y seguridad, todos los cuales mostraron que los costes de la
deficiente provisión de bienes públicos globales son extremadamente grandes y
mayores, por un margen significativo, que los costes de las medidas políticas
correctoras” (Held, pág. 144).
Los Problemas de la Gobernanza Global
¿A qué llamamos Gobernanza?
En 1989, la gobernanza, para el Banco mundial era “el ejercicio del poder
político para gerenciar los asuntos de una nación”. Se propone, por tanto,
concentrarse a partir de ese momento la “construcción de capacidades” (building
capacities), lo que supone, entre otras cosas, una mejora de la eficiencia de
la administración pública. (Ferraro, pags.x ). En sucesivos informes del Banco
Mundial se va redefiniendo el concepto en nuevas dimensiones sin lograr establecer una clara distinción entre cuestiones
técnico-administrativas y cuestiones normativas en torno al concepto de
gobernanza, no obstante el concepto comienza a ejercer una gran influencia
sobre del discurso y la práctica de la promoción del desarrollo económico desde
principios de los años noventa. Dice Ferraro: “El concepto de gobernanza viene
a operar, en realidad, como una “palabra clave” para una nueva perspectiva
crítica sobre los presupuestos teóricos que animaron a los programas de ajuste
estructural. Estos programas, recomendados como instrumentos de la política de
desarrollo económico en las décadas de 1980 y 1990 por las dos grandes
instituciones financieras internacionales (Banco Mundial y Fondo Monetario
Internacional) estaban fuertemente influidos por los principios de una
corriente del pensamiento económico, la economía política neoclásica y fueron
sostenidos políticamente por las corrientes denominadas “neoliberales””
(Ferraro, pág. 77).
El Diagnóstico
Held encuentra cuatro problemas. Primero, no existe una división clara
entre las responsabilidades de los organismos internacionales. Sus funciones se
superponen, entran en conflictos, sus metas y objetivos son confusos. De hecho
hay organizaciones que compiten entre sí, y paradójicamente tienen
participación en los diferentes aspectos de la elaboración de las políticas
públicas mundiales. Segundo, es que la solapación y el enfrentamiento, la falta
de acuerdo produce inercia, y el coste de la inacción. Tercero, no existe una
clara demarcación entre lo que es lo internacional y lo domestico. No existe
una comprensión, un entendimiento de lo que son los problemas globales (cambio
climático, perdida de la diversidad). Y cuarto, los ‘desequilibrios de poder
entre estados’ (pág. 156), incluso teniendo pertenencia al organismo se
presentan problemas de representación por cuota u otra. Como por ejemplo:
“tener un asiento en la mesa de negociaciones de una importante organización
intergubernamental (OIG) o en una conferencia de mayor rango no garantiza una
representación efectiva. Porque incluso si la paridad es respetada en la
representación formal, a menudo se da el caso de que las delegaciones de los
países desarrollados son más grandes y cuentan con el asesoramiento de expertos
negociadores y técnicos, mientras que los países más pobres, a menudo están
representados por delegaciones unipersonales, o incluso varios países se ven
obligados a compartir un único delegado” (pág. 157) todos estos problemas de
gobernanza los agrupa en dos grandes tipos de problemas: el de capacidad y el
responsabilidad. Es que, piensa Held,
que las instituciones actuales son insuficientes para hacer frente a los
riesgos que genera el sistema. Además de la existencia de la fragmentación
institucional y la competencia entre estados, del solapamiento de funciones, y
la falta de recursos necesarios. La falta de responsabilidad la adjudica a un
gran déficit en el asunto de la rendición de cuentas y la inclusión (Held, pág.
179).
La Gobernanza Financiera
¿Qué se ha puesto en juego en la pasada crisis financiera mundial? (Held,
pág. 181) Pues una incapacidad para aliviar los riesgos sistémicos, una
excesiva confianza en los mercados, una poderosa autoridad privada de los
actores privados, etc. La respuesta de Held es consecuente a la reflexión que
antecede, en términos de capacidad y responsabilidad. Veamos, ¿Cuáles son las
instituciones financieras existentes en la actualidad? La Organización
Internacional de Comisiones de valores, que gestiona las bolsas de valores; el
Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad, que busca establecer normas
de contabilidad; el Grupo de Acción Financiera Internacional, que lucha en
contra del blanqueo de dinero; el organismo Internacional de Supervisores de
Seguros, que trabaja con las aseguradoras; y el comité de Supervisión Bancaria
de Basilea, para la regulación bancaria. Existen otras instituciones pero con
escaso impacto como el Banco de Pagos Internacionales, y el Foro de Estabilidad
Financiera. La capacidad de guiar
de estas instituciones es muy pobre y escasa, y como vemos hay mucha
fragmentación. Son organizaciones reactivas, que generan acuerdos vía
comunidades políticas informales. Por asombroso que parezca, una institución
como el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad, reflejan las
iniciativas del sector privado. Por supuesto que ha habido logros sobre todo en
los temas de la “limitación de la competencia de regulación financiera entre
estados, la provisión de liquidez de emergencia, la ocasional coordinación de
políticas monetarias y la lucha en contra del blanqueo de dinero”….ha sido
sintomático la incapacidad para detectar o tomar medidas relacionadas a los
riesgos financieros globales (Held, pág. 183). El asunto de la responsabilidad es llamativo, y
los casos de impunidad altamente alarmantes.
En general se han manifestado las consecuencias de la contracción del
comercio mundial, el deterioro de las condiciones comerciales, y aumentos
significativos en los costes de financiamiento.
Los autores Arias y Costas piensan la reforma financiera presentando tres
caminos; El primero, no hacer nada; el segundo, introducir una nueva
arquitectura financiera- que tendría todas las dificultades de enfrentar los
problemas presentados por Held en los párrafos antecedentes-, y el tercero, la
reintroducción de mecanismo de control de país o región (Arias y Costas, 2011,
pág. 216). La percepción de estos autores es que podría pasar algo, aunque los
grandes protagonistas del problema hagan el intento de no hacer nada, y la
razón la encuentran en la presión social. La segunda opción, debe proveer de
orden y confianza y seguridad al sistema. Esta parece ser la mejor solución, y
la más coherente. Dos responsabilidades
importantes, en esta propuesta de reforma financiera y gobernanza global, la de
ser el prestamista de último recurso, y ser el garante del libre comercio. La
tercera opción supondría una desglobalizacion financiera, que podría pensarse
en dos direcciones: a) aparición de legislaciones diferenciadas entre países;
b) uso de instrumentos específicos que restrinjan las operaciones
transnacionales (Arias y Costas, 2011, pág. 228).
Cuadro
distintivo de la Gobernanza local en la República Dominicana donde se evalúan
las categorías de voz y responsabilidad, estabilidad política y ausencia de
violencia, efectividad gubernamental, calidad regulatoria, rule of law y
control de la corrupción, en el periodo 1996-2011. Se lee de arriba (1996)
hacia abajo (2011). Se utilizó la base de datos del Banco Mundial.
El
dilema de Teseo frente a la Globalización
El otro
lado de la moneda: Globalización y Pobreza
El Caso
de las Zonas Francas en la República Dominicana
La
Democracia, los Movimientos Sociales y la Sociedad Civil en la República
Dominicana
Teseo matando a Procusto (killix del
siglo V a. C. Museo británico). Tomado de Wikipedia, diciembre del 2012.
Entre 1960 y 1980 la RD cambió dramáticamente sus ámbitos político,
económico y cultural; de una economía campesina de exportación se pasó a una
economía urbana orientada a la exportación de servicios. La emigración
dominicana hacia los Estados Unidos de América[xxviii],
a su vez, había alterado la dinámica del mercado de trabajo local y la misma
economía campesina; así acaeció un proceso de tercerización de la economía importantizándose
el consumo improductivo, a la vez que se creaban brechas más grandes de
desigualdad social. En este contexto, surgía un nuevo proletariado urbano
vinculado al sector terciario e informal, y que añadido a los contingentes del
ejército de reserva crearon las condiciones para la revuelta popular del 1984.
A partir de este momento la iglesia comienza a jugar un papel protagónico en
los espacios de la sociedad civil y se crea una gran desconfianza en los
partidos. Ya en los primeros años de los noventas el sistema de partidos
confronta grandes problemas para agenciarse una representación legítima en la
mediación entre el estado, los trabajadores y el movimiento popular organizado,
cosa que cambia en 1994[xxix].
Por otro lado, Leopoldo Artiles[xxx]
nos señala la relación de los movimientos sociales, sus procesos de
institucionalización y su conexión con las ONGs: “A finales del ochenta, en el
1989 básicamente cuando se produce la consagración del nuevo código laboral.
Los noventas, precisamente, constituyen el inicio de una transformación de los
movimientos sociales dominicanos, que se había, de alguna manera manifestado en
los años ochenta, ¿Por qué? Porque los años noventa son los años de la
institucionalización de aquellas fuerzas que participaron fundamentalmente como
protagonistas en los ciclos de protestas de los años ochenta; las personas que
conformaban las organizaciones que participaron en esos momentos en las
movilizaciones de los ochenta, en los noventas, empiezan a integrarse cada vez
más a un esquema de ONG’s; y las ONG’s en los años noventa, parecieran ser las
que, de alguna manera, recuperan el aliento de
las organizaciones populares movilizadas en la década de los ochentas; o
sea que en RD, lo mismo que en otros países, podemos ver como los movimientos
sociales de alguna manera cumplen con este famoso ciclo de
movilización/institucionalización…..En los ochentas a pesar de todo….es un
momento de clímax, de punto alto de la participación y protagonismo de los
grupos populares, revela también una limitación…. De ser organizaciones que
tiene fuerte raigambre territorial, pasan a rebelarse como organizaciones que
tiene un pliego de demandas que parecen un pliego de demandas típicas de
partidos nacionales”. De manera que la trayectoria histórica seguida de las
organizaciones y los espacios de la sociedad civil dan cuenta de un auge de
organizaciones sindicales, una vez Antonio Guzmán[xxxi]
asume el poder; luego la sociedad dominicana se somete a profundos cambios
estructurales, teniendo como momento paradigmático, para el caso de los
movimientos sociales de base, la revuelta de abril del 1984. Ya en los años
ochenta se puede hablar de la constitución de la sociedad civil como actor en
esa configuración histórico e institucional, que da pie a procesos de institucionalización. Para el
caso de las reformas estructurales, económicas y políticas todas las nuevas
regulaciones, que se instituyen en los años noventa, como efectos de los
procesos globalizantes, traen como resultado el decrecimiento del impacto de
las organizaciones sindicales por efecto de falta de representatividad hacia
los nuevos actores en formación, al igual que el decrecimiento del impacto de
los movimientos sociales, sometiéndose la sociedad dominicana a un proceso
profundo de recomposición y que abre el espacio a la creación de nuevas
situaciones y formas de representación de sujetos. En este proceso de
rearticulación societal, como ya dijimos, el sindicalismo pierde fuerza y los
partidos abandonan sus proyectos de cambios sociales convirtiéndose en
mediadores electorales. Con relación al fortalecimiento institucional se
observa los cambios en los procesos electorales y la reforma de la justicia,
que trajo como consecuencia la transparencia en el proceso de elecciones y el
respeto a las leyes vigentes, la independencia del poder judicial, y una mayor
receptividad del poder judicial a las demandas ciudadanas. Considerando los
aspectos de la democracia dominicana y el fortalecimiento de la sociedad civil,
los años noventa trajeron la ruptura al bipartidismo, cambios el sistema
político como resultado de las elecciones del 1994, la proliferación de
organizaciones comunitarias, establecimiento de redes entre OSC, estado,
organismos internacionales. Por el lado del fortalecimiento institucional se observa
los cambios en los procesos electorales y la reforma de la justicia, que trajo
como consecuencia la transparencia en el proceso de elecciones y el respeto a
las leyes vigentes, la independencia del poder judicial.[xxxii]
En la actualidad, ¿qué pasa con la sociedad civil? “La
sociedad civil hoy, contrario a lo que fuera cuando se manifestó en los
ochentas y los noventas, que se manifestó como una fuerza propulsora de cambios
y transformaciones institucionales, la sociedad civil hoy ya aparece
funcionando como un dato incorporado al funcionamiento normal de la sociedad.
Ahora, es quizás por eso, de que es ya un dato incorporado al funcionamiento
normal de la sociedad, que hoy día podríamos tener la impresión de que la
sociedad civil pasa por momentos de debilidad, y que pasa hasta por momentos de
deslegitimación, tanto conceptual como discursiva y social, en la medida en que
durante la segunda mitad de los noventas y el primer lustro del siglo XXI, las
voces de la sociedad civil parecen estar monopolizadas, por algunos actores
claves ligados al empresariado, o ligados a determinadas instancias de la
cooperación internacional de una manera muy evidente; entonces quien reduce la
sociedad civil a este tipo de manifestación, estaría cerrándola a dinamismos
que se están dando hoy día, pero de manera, lamentablemente muy dispersa en
todo el territorio nacional”.[xxxiii]
¿Por qué la importancia de la
Sociedad Civil?
Como lo hemos señalado anteriormente, con la rearticulación de la sociedad
dominicana frente a los procesos de globalización, los actores, por ejemplo,
sindicales pierden fuerza representativa y aparece la denominada sociedad
civil. Rastreando el surgimiento de la sociedad civil encontramos que en marzo
del 1999 el Centro Montalvo organizó un análisis de coyuntura denominado
“Sociedad Civil y Partidos Políticos”, en donde miembros notables como Rafael
Toribio, Denis Manzanillo y OSCs tales
como Alianza ONG analizaron las fortalezas, debilidades y características del
sector. Se señalaba como gran problema la falta de representatividad de la
sociedad civil, adicionado a la diversidad de intereses que pugnaban en su
interior y que daban un sesgo de representación al sector, entendiéndose por
esto a los personajes públicos, grupos económicos, universidades, o entidades
que intentaban absorberla, y que dejaban fuera a los que realmente no tenían
representación, tales como campesinos, amas de casas, ciudadanos comunes y
corrientes (Pág.23), lo cual dificultaba las posibilidades de expresar sus
intereses. Este nuevo sujeto demandaba
un proceso de construcción de una identidad y el reconocimiento de nuevas
reglas de juego: “a las organizaciones de la sociedad civil dominicana para
consolidar y/o constituir espacios de articulación y coordinación
interinstitucional a partir de la autorregulación, así como el fortalecimiento
de sus relaciones con el estado y el empresariado, asimilando las nuevas reglas
de juego asociadas al concepto de desarrollo humano sostenible, el cual
propende por la instauración de una cultura participativa apoyada en los
valores muy diferentes a los que rigieron en el contexto anterior”. ¿Por qué surgía este nuevo actor? En general
había un consenso alrededor de las carencias del sistema de la democracia
representativa, y de preocupaciones como la constitución de la voluntad
nacional, el funcionamiento del régimen político, y la participación ciudadana.
Por eso ya se pensaba que la sociedad civil encajaba como respuesta a una
necesidad, a una nueva forma de gobernar a través del diálogo, la concertación, sobre la base de la equidad, y el respeto a
los derechos (Pág. 8). Se reflexionaba que para construir la gobernabilidad
democrática se necesitaba por lo menos dos factores: la voluntad política y la
confianza entre los actores. Una distinción necesaria era que la sociedad civil
se diferenciaba de la sociedad política en que no busca el poder político, lo
que busca es ser “bien gobernados”, democratizar la democracia, y contribuir a
una gestión de inclusión (Pág. 9). Se puntualizaba el fortalecimiento democrático,
así como el hecho del crecimiento de las organizaciones de la sociedad civil,
sobre la base de su relación con la sociedad política, su articulación y
relación con el estado, y los mecanismos de dicho relacionamiento. Se afirmaba
que la sociedad civil se fortalecía con su pluralismo, autonomía, capacidad de
definir y defender sus intereses (Pág. 9),
y esto tenía impacto en el régimen político: “Una democracia madura,
implica un estado y una sociedad civil fuertes, que se relacionen
continuamente, se controlen mutuamente y negocien entre si -Pág. 10-…. Este
relacionamiento de la sociedad civil con el estado, es fundamental para
establecer hasta donde la sociedad civil está contribuyendo a fortalecer y
profundizar la institucionalidad democrática, con procedimientos democráticos,
pluralismo y transparencia en sus acciones; buscando la equidad y combatiendo
la corrupción. Hasta donde esta sociedad civil se apoya en el diálogo y la
concertación y opera sobre reglas de juego claras; como demanda participar y
como asume su responsabilidad en los espacios compartidos. O si por el
contrario, contribuye a mantener la cultura vertical, no participativa, no
transparente, predominante en niveles incipientes o restringidos de democracia.
El análisis de este relacionamiento, permitirá además, identificar necesidades
de fortalecimiento para cumplir este rol de forma satisfactoria”. Et. al.
“Contribución…”, págs.
Una Economía orientada por
y para la vorágine del Consumo
Algo que yo creo que los economistas dejan de lado son las reflexiones
acerca del dominio del consumo, en tanto que conductor de la conducta económica
de los ciudadanos. Al parecer las acepciones tradicionales del consumo están
vinculadas a las ideas de modernidad de una sociedad industrial. El consumo
tiene una escala, como dice Touraine (2006), que va desde los bienes
indispensables (alimentación, los que implican un mayor nivel de libertad, tal
como el vestido o la vivienda), o se entiende como expresión social,
interpretándose que mi tipo de consumo refleja mi posición en la sociedad. Los
teóricos que entendían que existía una relación muy estrecha entre modernidad y
racionalización, demonizaron la sociedad
de consumo. Ahora bien, y por un lado, nuestra idea actual estuvo asociada a la
reflexión tranquilizadora de Weber-por su ascetismo- que tendía a rescatarnos
vía la ciencia y a la razón objetiva; y por otro lado, esa idea de consumo tuvo
la impronta cristiana del renunciamiento, de la vida simple, la desconfianza de
los placeres, el control de nuestros deseos, para ser buenos padres, buenas
madres, buenos trabajadores. Eso incluso se mantuvo treinta años después de la
Segunda Guerra Mundial en donde se lograron tasas altas de ahorro y de
inversión. Para Touraine, el año 1968 es aleccionador pues entiende de cómo en
Europa Occidental se da un giro hacia una sociedad de consumo. Ahora bien, ¿Qué
es lo importante de esta reflexión y lo nuevo? , y en otra dimensión del
análisis, ¿Qué es lo atractivo y seductor de la idea del ‘crecimiento
económico’, y de la ‘globalización’? Es que, mientras más consumes más te
sientes realizado, mas necesidades se crean; si destruimos el estado de
bienestar-por su supuesta incapacidad de responder a un mundo más abierto y globalizado
-, debes de pensar en tu futuro, en la vejez, invertir para cubrir la
incertidumbre del futuro, y si de eso se trata entonces la economía debe suplir todos los deseos de
tu realización personal, suplir tus inseguridades; en palabras de Touraine: “el
consumidor se separa de su lugar dentro del orden social, es decir, el actor se
separa del sistema. El ingreso en la sociedad de consumo, más que cualquier
otro cambio social, significa salir de la sociedad moderna, ya que lo que mejor
caracteriza a esta es la circunstancia de que la conducta de los actores está
determinada por el lugar que ocupan en el proceso de modernización, pues los
actores adelantan o retroceden, ascienden o descienden. Bruscamente este
armazón social y económico de la conducta se descompone y el actor se sitúa en
relación consigo mismo y con los mensajes emitidos por un vasto público o por
el hecho de pertenecer a grupos restringidos primarios (cursivas mías, GP).”
(Touraine, 2006, pág. 144).
Las
Creencias y la Legitimación de la Dominación Social
Dice Ingham que el debate sobre la legitimación del capitalismo es muy
amplio y se hace unas preguntas para orientar su atención: “¿Es posible aislar
una serie de creencias distintiva que explica y justifica las relaciones
sociales capitalistas, es decir, las relaciones de propiedad y el mercado
contractual de cambio? Y, segunda: ¿En
qué medida está implicado el Estado en la propagación de estas creencias? “. La
tradición marxista ha jugado un papel protagónico en esta reflexión, e Ingham
agrupa las ideas en tres respuestas. La primera idea que cuestionan los
marxistas es que la combinación del liberalismo económico y político oculta la
explotación en el capitalismo. La idea de la ‘libertad perfecta’ (Smith), que
se le adjudica a los contratos, oscurece la relación entre las partes
contratantes (el patrón y el obrero). Otro argumento puesto a prueba es el que
la mano invisible imparcial del mercado, realmente no es imparcial. La segunda
idea, son aquellas argumentaciones que enmascaran la injusticia y la
desigualdad, (tales como la constatación de la pobreza, GP). El tercer grupo de
ideas, apunta hacia la legitimación del sistema capitalista luego de la Segunda
Guerra Mundial, donde los economistas del establishment hablan del pleno empleo
y el bienestar social, y los incrementos en la renta. Los partidos políticos y
movimientos sociales se ampararon en uno u otro enunciado, pero en definitiva
el sistema capitalista ha sobrellevado a sus más tenaces críticos. Explica
Ingham: “en los términos del marxista italiano Gramsci, la estabilidad de la
sociedad capitalista se mantiene por la ‘hegemonía’. Es decir, la masa de la
población no apoya activamente la ideología capitalista; antes bien,
‘consciente’ implícitamente el sistema presente como estado de cosas normal y
natural porque la han neutralizado, de una u otra manera para concebir una
alternativa “, y concluye el acápite diciendo: “Efectivamente, la legitimación
de las economías capitalistas es en buena medida una consecuencia del hecho de que
se combinan con sistemas políticos que se basan en la libertad individual, los
derechos democráticos y lo que Weber denominó la legitimación racional-legal”
(Ingham, 2010, Págs. 220-222).
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Psenderfer: “The case for mindless economics”, November 2005, Princeton
University, págs. 7 y 8, bajado del
internet en fecha desconocida.
[i] En este texto de
carácter divulgativo, Danni Rodrik, utiliza la los conceptos de ‘narrativa’ (ver cita 2) y ‘sistemas de creencias’ (aunque no es de su
interés explicar su procedencia), y esto le permite, hasta cierto punto,
distanciarse de la práctica usual de determinados economistas de trabajar con
argumentaciones y presuposiciones pre científicas y pseudo-objetivas. De
suerte, que nos encontramos en el fáustico y clásico dilema de la ideología (ver cita 3) o la ciencia
(ver cita 4), sin embargo, este asunto no constituye una preocupación para
Rodrik.
[ii]
Al hablar propiamente de ‘narrativa’ (Foucoult), se plantea la articulación y
elaboración de un discurso del poder de determinados agentes, que se las
agencian, para construir teorías, hacerlas legítimas, y luego imponer su
voluntad sobre los otros.
[iii]
Existe toda una extensa literatura acera de las ideologías y de su importancia
en la dominación política, muy lejana a la discusión propuesta aquí por Rodrik
y que explicaría una intencionalidad diferente en la formulación de políticas
económicas y sociales. Sin entrar en las precisiones del problema de las
ideologías mencionaremos lo que Touraine piensa acerca de lo ideología
modernistas:” La ideología modernista que corresponde a la forma históricamente
particular de la modernización occidental no triunfó solamente en el dominio de
las ideas con la filosofía de la ilustración. Esta ideología dominó también la
esfera económica, en la que tomo la forma de capitalismo, que no puede
reducirse ni a la economía de mercado, ni a la racionalización. La economía de
mercado corresponde a una definición negativa de la modernidad, significa la
desaparición de todo control holista de la actividad económica, la
independencia de esta de los objetivos propios del poder político o religioso y
de los efectos de las tradiciones y de los privilegios” (Alain Touraine “Critica
de la Modernidad”, pág. 31). Sigue diciendo Touraine: “Anthony Giddens da una
imagen vigorosamente integrada de la modernidad, concebida como esfuerzo global
de producción y de control cuyas cuatro dimensiones principales son el
industrialismo, el capitalismo, la industrialización de la guerra y la
vigilancia de todos los aspectos de la vida social. Este autor incluso agrega
que la tendencia central del mundo moderno lo impulsa hacia la globalización creciente
(subrayado mío), que toma la forma de la división internacional del trabajo y
de la formación de las economías mundiales, pero también la forma de un orden
militar mundial y del refuerzo de los estados nacionales (cosa que habría que
repensar, GP) que centralizan los sistemas de control” (Alain Touraine “Critica
de la Modernidad”, pág. 35)
[iv]
Para hablar de ciencia, Marx entendía que había que tomar partido – asumiéndose
como una estrategia metodológica fundamental-, y declararse a favor de los
desfavorecidos proletarios. Por otro lado, y más adelante, Max Weber entendería
que lo importante era mantenerse neutral del objeto a investigar y construir
tipos ideales. Así mismo, De aparecer en el texto los asuntos laborales,
sindicatos o estándares laborales (labor, union, labor standards) son concebidos
como restricciones de los estados naciones a los procesos de liberalización del
mercado, por supuesto, a considerar dentro del marco de expansión y/o
profundización de los procesos de globalización.
[v] Asi lo hace Samuelson, Krugman, Alan Blinder, Martin Wolf, etc.
[vii] Una idea que podría insinuar la
pertinencia de cierto tipo de regímenes no democráticos.
[viii] La idea es que en realidad hay tres
opciones. En la primera opción, se restringe la democracia en aras de minimizar
los costos de transacción internacionales, sin poner atención a los impactos
económicos y sociales que puede traer la globalización. En la segunda opción,
se puede limitar la globalización y tener la esperanza de que esto traerá mayor
legitimidad democrática, o en la tercera
opción, podemos globalizar la democracia perdiendo la soberanía nacional. Cualquiera
pierde el sueño con estas opciones. ¿Qué tal si construyo otras opciones?
[ix] Dice Rodrik: “La
globalización debería ser un instrumento para alcanzar los objetivos que la
sociedad busca: prosperidad, estabilidad, libertad, y calidad de vida”,
(Rodrik, pág. 240. Traducción mía.) Es como recordar un recurso ético poco
popular en estos ambientes, que realmente versa en la obtención clara y llana
de beneficios. Así mismo, la formulación remite a la discusión del sistema
económico como un fin o como un medio, de donde se deduce que ningún sistema
económico es plenamente satisfactorio. Véase juan R Cuadrado Roura, “Política
Económica. Elaboración, objetivos e instrumentos”, McGraw Hill, 4ta edición,
2010, pág. 26.
[x]
Para Arias y Costas, Rodrik es uno de los economistas que han asumido la
reflexión de que los países que le fue mejor en el manejo de la crisis tenían
criterios moderados y selectivos y eso les permitió que los impactos en su
crecimiento no fueran tan significativos: “La argumentación de este Profesor de
Harvard, y uno de los más reputados expertos en desarrollo, es tajante. Apuesta
sin disimulo por una mayor segmentación de los mercados de capital, y el
consiguiente retroceso de la globalización financiera en este campo. Las
razones que da Rodrik son poderosas. Por un lado, la necesidad de reducir la
vulnerabilidad a los cambios repentinos e imprevistos en el sentimiento de los
mercados. Por otro, los efectos positivos que se derivan de evitar que la
entrada de dinero caliente impulse excesiva y artificialmente el tipo de cambio
propio, alterando las condiciones de competitividad. O incluso, la necesidad de
salvaguardar las diferencias entre los modelos financieros nacionales, donde
las tendencias a la uniformidad pueden traer como consecuencia la perdida de
entidades que a determinados países le sean muy necesarias….La conclusión de
Rodrik es que más globalización no es mejor globalización” (pág. 238, subrayado
mío).
[xi]
Ingham, Capitalismo, pág. 246.
[xii]
Una postura más radical hacia la globalización es la de Ingham- entre otros.
Dice este autor: “....en realidad, la globalización, del dinero es, en efecto,
una <<dolarización>>. En efecto, se puede argüir de forma
convincente que la <<globalización>> no es más que la expresión y
la consecuencia del poder conjunto del estado estadounidense, sus corporaciones
multinacionales y transnacionales y, sobre todo, sus bancos de inversión en
Wall Street (Gowan, 1999; Rosenberg, 2000, 2005; Callincos, 2003. Citado de
Geoffry Ingham, Capitalismo, 2010, pág. 253).
[xiii] Ingham, Capitalismo, pág. 255.
[xiv] Stiglitz, “El precio de la Desigualdad”, pág. 72.
[xv]
Portes, Sociología Económica…pág. LX. Un aclarando importante es que Portes
hace un recorrido de 200 años de historia migratoria y acoge el esquema teórico
de la teoría del sistema mundial entendiéndolo como el intercambio desigual y
los arreglos entre el centro y la periferia que llevan a su reproducción.
[xvi] Dice Ferraro
(“Reinventado…”, sin fecha) que “el concepto de Estado se trata,…, de un tipo
particular de organización política, cuyos primeros antecedentes tienen lugar
en Europa durante el siglo XIII y que se consolida hacia fines del siglo XVIII
y comienzos del XIX. La organización política que asume la forma del Estado
tuvo presupuestos y determinantes propios de la historia europea, pero desde el
siglo XIX se separa de estas circunstancias concretas y se extiende
progresivamente al resto del mundo, con mayor o menor éxito” (págs. 32).
[xvii]
Una visión más crítica de las democracias contemporáneas, en cambio, ha sido
presentada a partir de esta misma perspectiva por los neo-pluralistas, que
destacan la mucha mayor influencia (ejercida de forma ilegítima) por las
empresas sobre cualquier gobierno, sin importar la orientación ideológica de
éste. Los neo-pluralistas no consideran que los empresarios sean una élite en
el sentido clásico, capaz de manipular el gobierno en todas las áreas, ni mucho
menos que sean una clase dominante, pero reconocen con todo que las democracias
liberales contemporáneas son poliarquías imperfectas, en las que los
empresarios ejercen una influencia pre-dominante, sobre todo respecto a las
decisiones de gobierno ligadas con la economía Las dos figuras más importantes
del pluralismo, en su etapa fundadora anterior a la Segunda Guerra Mundial,
fueron Harold Laski y John Dewey.
(Ferraro, págs. ).
[xviii]Lo
interesante de esta cita es que sitúa un interés de ajustar el rol del estado
previo a la crisis financiera internacional. Sin embargo, luego de la crisis,
se proponen cambios orientados a la conformación de organismos reguladores
inexistentes y especializados en el área de las finanzas internacionales (como
por ejemplo los prestamistas de último recurso). Luego que pasa los estertores
de la crisis financiera ese tema deja de tener la importancia anterior.
[xix]
Arias y Costas hacen referencia anecdótica a la pregunta de la Reyna de
Inglaterra Isabel II, ¿Por qué los economistas no fueron capaces de advertir el
desastre que venía?, para poner sobre el
tapete la actitud pasiva y de wishful
thinking de los expertos
economistas frente a situaciones que presagiaban la crisis financiera del 2008
(“La Torre de la Arrogancia”, pág. 137).
[xx]
Rodrik, ídem, pág. 64.
[xxi] Rodrik es uno de los
autores que se ha dado cuenta de que los países que se han beneficiado más de
la globalización, tales como China, India y Vietnam, no siguieron las
orientaciones liberales de las instituciones internacionales teles como el
Fondo Monetario Internacional (FMI). Ver Held, pág. 147. Parece que la relación
entre el crecimiento, la apertura económica y la liberalización no es tan significativa
como creían los liberales.
[xxii]
Llama la atención que solo se señalen publicaciones del Fondo Monetario
Internacional (FMI).
[xxiii] Gul, Faruk; Wolfgang
Psenderfer, “The case for Mindless Economics”, págs. 7
y 8, November 2005, Princeton University, bajado del internet en fecha
desconocida. Traducción mía.
[xxiv]
Gul y Psenderfer, ídem. Entonces mi pregunta es la siguiente: ¿Estamos mejor
con globalización ó
sin ella?
[xxv] Held, David:
“Cosmopolitismo. Ideales y Realidades”, Alianza editorial, 2010, págs. 139-175
[xxvi]
Con relación a esto Held habla enfáticamente: “El orden multilateral surgido de
la postguerra se tambalea. Con el surgimiento del nacionalismo y del
unilateralismo en la política exterior de los Estados Unidos, la falta de
acuerdo en la UE y el creciente peso de China, India y Brasil en los foros
económicos mundiales, parecen estar moviéndose las placas tectónicas de la
política. Para hacer frente a una serie de retos globales hace falta un sistema
de decisiones mundial claro, eficaz y responsable; y, sin embargo, la capacidad
colectiva para abordar estas cuestiones despierta ciertas dudas”. (Held, pag.
154)
[xxvii]
Estas fuerzas son: la infraestructura cambiantes de las comunicaciones
vinculadas a la informática; desarrollo de los mercados mundiales de bienes y
servicios; los movimientos migratorios; final de la Guerra fría y los valores
democráticos; la aparición de un Nuevo tipo de sociedad civil, pág. 145. Otras
fuerzas impulsoras que señala son el consenso de Washington y la agenda de
seguridad de Washington, que han empujado una perniciosa idea del papel del
gobierno como objeto de desconfianza y que la aplicación de
regulaciones amenaza la libertad, impide el desarrollo y el bien. Más adelante
señalara la desaparición de estas creencias como punto importante en la
creación de un nuevo orden institucional global. (Held, pág. 146 y ver pág.
149, 160 del mismo texto).
[xxviii] La inmigración
dominicana a Nueva York es descrita por Portes de la siguiente manera: “La
comunidad inmigrante dominicana en la ciudad de Nueva York se caracterizó hasta
hace poco como un gueto de clase obrera compuesto en su mayor parte por
inmigrantes ilegales, trabajando por salarios en condiciones de explotación y
en ocupaciones de en los servicios de baja categoría…la ciudad dentro de la
ciudad que uno encuentra en Washington Heights en Nueva York, con sus múltiples
restaurantes y tiendas étnicas, periódicos en español y agencias de viajes es,
en gran medida, una creación dominicana construida por la fuerza de las
habilidades traídas de la Republica dominicana, el fácil acceso a una fuerza
laboral de salarios bajos, y el desarrollo del crédito informal….Nueva York es
la sede de varias agencias financieras (llamadas ‘financieras’) registradas
formalmente como dominicanas pero que además son redes de operaciones de
crédito informal que conceden crédito, con poco o ningún papeleo. El capital
procede de los beneficios del tráfico de drogas, pero también de empresas
étnicas establecidas y de los ahorros de los trabajadores, que obtienen tasas de
interés más altas en las redes de financiación étnicas que en los bancos. Estas
fuentes son reforzadas por la fuga de capitales de la República Dominicana. El
dinero circula dentro de las redes de la comunidad y está disponible para la
creación de empresas porque se confía plenamente en que los receptores paguen
la deuda. Esta expectativa se basa, primero en la reputación del receptor, y en
segundo lugar en la rápida represalia contra los que no pagan. El castigo puede
incluir medidas coercitivas, pero es más frecuente que se base en el ostracismo
en los círculos de negocios étnicos. Fuera del enclave inmigrantes, los
dominicanos tienen muy pocas oportunidades que no sean trabajos precarios y mal
pagados” (Portes, 2012, pág. 30)
[xxix]
Léase, Lozano, Wilfredo: “Después de los Caudillos. Ensayos sobre política y
Sociedad en la República Dominicana Contemporánea”. Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales FLACSO, Secretaria General. Ediciones Librería la Trinitaria,
2002, Págs. 41-45.
[xxx] Sociólogo dominicano.
[xxxi] Presidente constitucional de la RD, periodo 1978-1982.
[xxxii] Et. Al, “Contribución a la historia de la
Sociedad Civil” MUDE, Alianza ONG, CIES, 2010. Págs.
[xxxiii] Entrevista con el
sociólogo dominicano Leopoldo Artiles, a propósito de la investigación
“Contribución a la Historia de la Sociedad Civil”, fecha desconocida.
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